Hoy
estamos malas. Las dos. Yo llamé al colegio y dije que no iba y Ana hizo lo
propio, pero a ella no le dejaron quedarse y tuvo que bajar a dar la clase. Sus
alumnas, obviamente, le dijeron que se subiera a casa y pasara la fiebre, y
llamaron a la jefa para decírselo, que inmediatamente llamó a Ana para echarle
la bronca. Ana se viene abajo y se pone a buscar billetes de vuelta, y así
están los ánimos.
Y
eso que el fin de semana no estuvo tan mal. Volvimos al Ranga Shankara a ver
una obra tan graciosa como corta, de un inglés al que entendemos mejor que a
los indios que le hacen preguntas al final del show. Parece ser que este teatro, aparte de acoger a la bohemia de
la zona, también es refugio de extranjeros, y en una ciudad de
nosécuántosmillonesdehabitantes nos vinimos a encontrar con Matthias, aquel
alemán que hizo con nosotras el viaje a Goa. Propone una cerveza para después y
nos apuntamos, aunque Isabel no se anima. Empieza como un chiste: van dos
españolas, un alemán, un francés, un indio que habla las tres lenguas y uno que
da gracias si se comunica en inglés y se ponen a buscar un rickshaw a las 9 de la noche. Llegamos al centro e intentamos
compaginar algo barato, con un sitio en el que haya cerveza y también se pueda
comer. Imposible mezcla, acabamos en el McDonalds hablando de Europa y pasamos
a dar vueltas por MG en busca de un lugar abierto, que obviamente no
encontramos. No salió nada como esperábamos, pero la novedad y el ambiente lo
merecieron, y hacer nuevos amigos, que nunca viene mal.
Saltimbanqui Park |
Las
noches se hacen frías, la colcha que nos dieron al principio no nos da calor y
empezamos a notar los síntomas de resfriado el lunes por la mañana. Pero es el
día libre y el único que podemos acercarnos a inglés. Allí nos hacen un examen
de nivel y nos aconsejan cursos sobre los que reflexionaremos, la academia parece
mona, se puede ir andando y está llena de chinos. Creemos que esto último es
inevitable en las academias de inglés aquí. En el camino de vuelta encontramos
una feria del libro y un parque con un laguito que hasta ahora desconocíamos
(con un nombre parecido a Saltimbanqui), y nos alegra un poco la tarde, aunque
la fiebre era obvia a estas alturas.
Volvemos
a casa, confirmamos por intuición la enfermedad (porque no tenemos termómetros)
y dejamos la danza del vientre para otro día.
Y
aquí estamos, ordenadores en mano, un poco agonizantes pero rechazando la
invitación de la jefa de ir al médico, porque preferimos evitar el momento en
el que tengamos que ponernos bajo las instrucciones de un doctor indio…
esperemos estar mejor mañana.
2 cerca de veras!:
La fiebre se pasaaaaaaaaaaaaaa (al menos no os echáis a llorar, como yo! :P) Ánimo a las dos y que la energía no se derrumbe!! ^^
Ánimo guapísimas. TOdo pasará, pero mientras cuidaros mucho, mucho. Ana te sigo todos los días. Es lo primero que hago en cuanto tengo un ratito, seguir tus andaduras que tan fascinantes me parecen y te están haciendo crecer muchísimo. He puesto un vínculo directo en mi móvil para poder conectarme a él y así poder leerlo mientras doy el pecho a Juan o lo acuno (porque guerrero ha salido un rato guerrero, aunque creemos que pueden ser cólicos, pero no nos deja ni a sol ni a sombra).
Así que sepas que me parece fascinante y eres mi libro de lectura diaria que cojo con ilusión cada día por saber cómo contínúa. He intentado colgarte fotos de Juan con Elena pero no me deja.
Un besito de parte de los 4 (madre mía, 4 ya!!!)
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cerca de veras!!