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Un parquecillo mono |
Confiando
plenamente en que es imposible perderse en una ciudad cuadrada, esta tarde me
lancé a la aventura. Bueno, aventura relativa, pero fui. El primer objetivo era
pasar por una droguería que tenía más o menos localizada, con la sana intención
de comprar jabón y otras cosas sin las que mi padre no me deja vivir. La
encontré sin dificultades, comprobé que cerraba tarde y me fui de paseo.
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Los Hare Krishna |
Llegué
enseguida a un parque monísimo donde divisé a lo lejos, a la altura de la
escuela de artes, a un grupo de gente disfrazada de colores y bailando. Como ya
una no tiene miedo de nada, me acerqué, y allí estaban los Hare Krishna de la
ciudad, probablemente celebrando algo (no sé en qué momento mi vida empezó a
avanzar en espirales en vez de en línea recta, pero algo hace que nunca pueda
dejar de lado mis destinos anteriores, cada país sabe cómo volver a mí una y
otra vez). Me dieron un incienso y se asombraron porque lo cogí (supongo que
nadie más lo había hecho), me quedé un rato con ellos y seguí adelante. Qué
parques más monos hay en esta ciudad, qué verde es todo. Aunque luego no sabía
por dónde salir y creo que encontré la famosa catedral que mi jefe me había
dicho que era una pena que no se viera (a lo que yo contesté que me parece muy
bonito que los edificios sean tapados por árboles, ya quisiera la Sagrada
Familia). Después, de cerca, vi un cartel en el que, en ruso, sí que podría
poner catedral, si es que el ruso y
el griego se parecen en algo. Si no, podría poner cualquier cosa. Y encontré el
camino otra vez. Me volví a dar otra vuelta, y como es viernes, muchos bares, un
restaurante indio, muchas cervezas, cafés… es una ciudad con vida. Pero yo no
tengo amigos que me lleven a cervecear y no creo estar en ese punto en el que
me voy de cañas sola (por mucho que allí estéis de casetas), así que esperé a
que se acabara el incienso y entré en la droguería. Qué maravilloso mundo
civilizado, este, en el que encuentras todo lo que quieres y más, y casi sabes
qué es cada cosa. Había jabón (tranquilo, papá), espuma para el pelo
(tranquila, mamá), y otras cosas fascinantes como papel higiénico de precio
razonable y tampones. Y no he buscado fregonas todavía, pero a lo mejor también
hay (a todos aquellos que no siguieron las aventuras indias: no intentéis
entender este post).
Y me vuelvo a la residencia ya equipada, y pensando en las diferencias del mundo,
en los países desarrollados, en lo poco que nos acordamos del otro lado del
planeta, y en el frío que hace en esta ciudad. A ver si empiezo a pensar en
comprarme unos guantes.
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La catedral entre arbolitos |
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La catedral de cerca |
1 cerca de veras!:
Y compra cubiertos, que alli no comen con las manos ;)
Espero que te aprendas el camino a ese parque, me encanta lo de la catedral en medio de los arbolicos!!!
(después de poner 50 códigos captchas igual hsta publico tu comentario... o soy muy difíciles o me fallan las neuronas y la vista...)
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cerca de veras!!