Yo
casi nada funciona y la casa es como un chiste. De todas las personas que
tienen que venir a arreglar cosas son pocas las que se pasan, menos las que
llaman para decir que no van a venir, y ninguna a la que podamos acceder
nosotras.
El
miércoles quedamos con Isabel y su novio para ir a ver un documental sobre el
Nero (Nero’s Guests, por si os pica
la curiosidad). Al parecer, alguien vendió una semilla maravillosa a los
agricultores indios que era muy barata y todos compraron, y resultó no poder
volver a reproducirse, por lo que la mayoría de ellos se quedaron en la ruina y
unas 300 personas se suicidaron. El documental en sí no trataba sobre esto, si
no sobre las familias que quedaron, los suicidios que sigue habiendo porque no
son capaces de salir de esa crisis enorme, y de los culpables o los que
permiten que estas cosas sigan pasando. Después del documental, intenso e
instigador, hay un debate, y me parece estar en una de las asambleas del 15m.
Hay muchos problemas aquí, hay mucha explotación, mucho silencio y muchos ricos
que no miran para abajo. Y eso es así aquí y en todas partes, pero yo pensaba
que lo que aquí faltaba era la rebelión, o la conciencia, y no, no falta. Todos
de acuerdo en que estas cosas pasan porque las provocamos, se dan ideas, se
propone dejar de comprar en grandes superficies (y es, de verdad, una
necesidad), se habla de ignorar a los grandes continentes. Uno de los
agricultores del documental afirma querer reencarnarse en una vaca europea, ya
que ellas ganan más dinero que él. La realidad es dura, pero se conoce, y eso
es bueno.
Cartel de la exposición |
En
cualquier caso, esto acaba y nos volvemos a casa, a seguir trabajando en
exámenes y clases. Porque hay que seguir haciéndolo.
Y
ayer Preeti nos iba a llevar a un sitio diferente que cree que debíamos
conocer, pero estaba todo reservado y no pudimos hacer nada. Como celebrábamos
mi primer mes en la India y el frigo no funciona, ni el agua, ni… nada, fuimos
a un restaurante que Google encontró y es de los pocos que tienen cerveza.
Resultó ser americano, y caro. Es verdad que había cerveza y que no teníamos
comida, así que disfrutamos de ambas sin mirar la cuenta, me salto la dieta
vegetariana con ternera y me da dolor de tripa (que se pasa pronto, he dormido
sana), y volvemos a casa.
Hoy
se ha sembrado el caos. Volvemos a pedir agua, frigo, internet. Vienen los de
los muebles de la cocina, que en absoluto habíamos echado de menos, faltando
como nos faltan otras necesidades básicas. El fontanero venía a las 11:30 pero
llama para decir que, al ser musulmán, necesita rezar a esa hora y que se pasa
luego a las 4. Llega media hora más tarde, sube al bidón y descubrimos ahí que
no está tapado y que lo que impide que pase el agua es toda la mierda (literal,
de pajarillo) que ha caído dentro a lo largo de meses sin que nadie lo notara.
Así que se pasa la tarde limpiándolo y aunque pedí que no me contarán lo que
había dentro, he oído hablar de palomas muertas. Prefiero no pensar en que
llevamos una semana duchándonos con eso y
me planteo empezar a usar agua potable para lavar mis dientes. En esto
los de los muebles se van, dejándolo todo tirado por la cocina, diciendo que
vuelven el lunes porque la secretaria no les deja venir mañana, que tenemos clases
y van a molestar. Como el lunes no será, asumimos la presencia de muebles sin
terminar en casa (sin ser lo peor que nos pase). El del frigo, que llamará
mañana o pasado, antes de dejarse ver por casa, nos dicen convencidas, y cuando
preguntamos si trabaja los domingos dice que no, y yo de verdad me planteo si
la lógica aplastante no les pesa: cómo va a llamar pasado mañana si es domingo
y no trabaja. “Ah, es verdad”. En caso de que entonces sí, venga el lunes, por
supuesto no podrá arreglarlo, sólo lo mirará, y el martes empieza Dewali y
todos se irán a celebrar que Rama volvió a su pueblo un día de luna nueva,
pondrán sus velas en sus casas… pero no arreglarán frigos. Afortunadamente,
nosotras estaremos en la playa y esto volverá a preocuparnos cuando regresemos,
bastante más relajadas, espero.
Y
a pesar de la desesperanza que hay detrás de cada una de nuestras peticiones,
no estamos mal. Asumimos la tardanza, ya contamos con no contar con los plazos,
y la paciencia se nos instala en el cuerpo y la mente. Que todo sea cuando
tenga que ser, porque no podemos hacer que sea antes. Se ha ido el del agua,
revisados todos y cada uno de los grifos (pensamos si hacerle una ovación por
ser el único que hace bien su trabajo), vamos a ver si el súper sigue abierto y
podemos conseguir algo que cenar.
0 cerca de veras!:
Publicar un comentario
cerca de veras!!